El Museo La Neomudéjar enfrenta en este año 2017, el reto de rescatar la memoria del MZA (la primera compañía de ferrocarril que operó en la ciudad de Madrid y de la cual el edificio que contiene este Museo es, a día de hoy, el único taller que queda en pié del antiguo complejo de Atocha. La Neomudéjar, es un edificio industrial de estilo arquitectónico Neomudéjar, característico de finales del siglo XIX y que recoge esa memoria perdida para la ciudad.
Incluso antes de abrir sus puertas se realizó una labor de arqueología industrial, poniendo en valor y rescatando todo tipo de materiales pertenecientes a los desaparecidos talleres del MZA, planos, herramientas, teléfonos, relojes, libros de cuentas, uniformes, maquinaria y mobiliario original de los talleres. Una memoria material de un pasado industrial poco investigado, pero que sentó las bases de las tecnologías aplicadas a las transformaciones sociales de toda un época. El Ferrocarril simbolizó la llegada de una comunicación entre ciudades, una agilización del trasporte de mercancías y viajeros, pero también el acceso a las nuevas ideas y tecnologías de vanguardia. Las estaciones han sido espacios de encuentros, de citas, de llegadas y despedidas, lugares sociales que se han llevado a la literatura, el cine o la música. Así mismo el ferrocarril significó la recepción de nuevas ideas e innovaciones tecnológicas, las vanguardias entraban en las ciudades a través de las vías del ferrocarril.
Rescatar la memoria e interpretarla desde una perspectiva de más de 100 años de historia, es una labor ardua y compleja dada la singularidad del rastro arqueológico escaso y de condición muy humilde que representaban estos talleres. La intención del Museo es poner en valor precisamente esa singularidad, esa condición obrera de los talleres y articular una memoria de interpretación que nos traiga luz a las condiciones laborales, salariales y de lo que significó la revolución industrial del ferrocarril en Madrid.
La nave Neomudéjar, albergaba en sus orígenes los talleres de Almacén de pequeño material y telégrafos, dentro de lo que fueron un entramado de naves y talleres incluidos los centrales de Atocha que ya han desaparecido y que acompañaban la vista, hasta no hace tanto tiempo, de la llegada de viajeros a la actual estación de Atocha.
Este Centro de Interpretación de La Neomudéjar parte de un supuesto temporal de materialidad concreta. El proceso de investigación se centra exclusivamente en lo que supuso el MZA desde sus inicios 1856 hasta su desaparición en el año 1941.
Su origen se remontaba a la alianza empresarial entre José Salamanca y la Sociedad Española Mercantil e Industrial (SEMI) que impulsaba el grupo Rothschild.
Contacto: archivo.ferroviario@laneomudejar.com