Máximas de seguridad
Acercamiento a quemarropa a la obra de Jhafis Quintero
Prorrogada
La ausencia de libertad, las constricciones espaciales, la despersonalización, la incertidumbre, la falta de contacto humano, han formado parte de la experiencia vital de Jhafis Quintero y, por mucho tiempo, han sido los ejes de su práctica artística. Desde una corporalidad situada en el encierro prolongado de una prisión costarricense, la relación con su propio cuerpo se hizo más estrecha, aprendiendo a pasar tiempo a solas y a jugar consigo mismo, estudiando, a su vez, formas de cuidarse de los otros, estableciendo mecanismos de sobrevivencia y adaptación, maniobras de resilencia y acciones de reconstitución de la propia psiquis.
En este conjunto de obras Jhafis Quintero nos introduce a su personalísimo universo vital. El artista ha construido un lenguaje particular a partir del cual nos hace partícipes de lo vivido y aprehendido en el escalofriante rigor de la celda. Pone en relación con los espectadores, los códigos, los secretos y el metalenguaje utilizado durante su reclusión para hacer contacto con el(los) otro(s) e impedir la alienación de su propia humanidad.
La materialidad de su obra nos aproxima a los creativos dispositivos generados por necesidades coyunturales que nos hablan de un idioma secreto, paralelo, una jerga oculta revelados a través de una estética ruda y poderosa con base en las toscas texturas del cemento o en la aspereza de objetos vulgares como botas y cuchillos, pero en los que logra mutaciones sutiles que los hermosean.
Por otra parte, los vídeos-performances compartidos en esta exposición nos revelan a un artista que conoce el tiempo, que lo maneja con suficiencia, posiblemente por haber pasado por experiencias en la que tuvo que administrarlo minuciosamente día con día. Son creaciones audiovisuales que se basan en planos fijos, más o menos cerrados y estáticos, que exigen máxima atención a la mirada, y en donde la intensidad de las acciones lindan con el riesgo, con los límites de la mente, del cuerpo, del espacio físico, con los límites de la propia piel, generando una tensión desmesurada en quienes se enfrentan a ellos.
Gladys Turner Bosso & Pancho López
Security Essentials
Point-blank approach to the work of Jhafis Quintero.
Entended
The absence of freedom, spatial constraints, depersonalization, uncertainty, lack of human contact, have been part of Jhafis Quintero’s life experience and, for a long time, have been the axes of his artistic practice. From a corporality located in the prolonged confinement of a Costa Rican prison, the relationship with his own body became closer, learning to spend time alone and to play with himself, studying, in turn, ways of taking care of others, establishing mechanisms of survival and adaptation, maneuvers of resilience and actions of reconstitution of his own psyche.
In this set of works, Jhafis Quintero introduces us to his very personal vital universe. The artist has constructed a particular language from which he makes us part of what has been experienced and apprehended in the chilling rigor of the cell. He shares with the spectators, the codes, the secrets and the metalanguage used during his seclusion to contact with the other(s) and prevent the alienation of his own humanity.
The materiality of his work brings us closer to the creative devices generated by conjunctural needs that speak to us of a secret, parallel language, a hidden jargon revealed through a rough and powerful aesthetic based on the rough textures of cement or the roughness of vulgar objects such as boots and knives, but in which he achieves subtle mutations that make them beautiful.
On the other hand, the video-performances shared in this exhibition reveal to us an artist who knows time, who manages it satisfactorily, possibly because he has gone through experiences in which he had to manage it meticulously day by day. They are audiovisual creations that are based on fixed shots, more or less closed and static, that require maximum attention to the gaze, and where the intensity of the actions border on risk, with the boundaries of the mind, body, physical space, with the limits of their own skin, generating excessive tension in those who face them.
Gladys Turner Bosso & Pancho López
Jhafis Quintero
Jhafis Quintero (Panamá, 1973) Artista plástico y escritor. Jhafis Quintero inició su carrera como artista mientras descontaba 10 años de prisión en Costa Rica, de la mano de la artista Haru Wells, quien estaba decidida a demostrar que el arte es un sustituto efectivo del crimen. Su experiencia carcelaria juega un papel destacado en su obra, con una percepción singular del paso del tiempo y sus implicaciones para un cuerpo inmerso en ese marco temporal particular, y una constante reflexión sobre la muerte que se desliza sobre la vida de los internos. Su práctica artística surge de sus experiencias personales en el mundo carcelario, el silencio, la inseguridad, pero también la imaginación y la creatividad dirigidas a encontrar medios de supervivencia. Ha realizado exposiciones personales y colectivas en museos de Nueva York, Texas, Madrid, Londres, Barcelona, Estambul, Brasil, Argentina y Tazmania, entre otros, y su trabajo forma parte de colecciones privadas como Daros (Suiza), Cisneros o el Centro Nacional de Bellas Artes de París. Es autor de ‘Máximas de Seguridad’, ‘Los dueños del mundo’ y La Casa de los Geckos’.
Jhafis Quintero
Jhafis Quintero (Panama, 1973) lives and work in Europe Plastic artist and writer. Jhafis Quintero began his career as an artist while discounting 10 years in prison in Costa Rica, at the hands of the artist Haru Wells, who was determined to demonstrate that art is an effective substitute for crime. His prison experience plays a prominent role in his work, with a unique perception of the passage of time and its implications for a body immersed in that particular time frame, and a constant reflection on death that slides over the life of the interns. His artistic practice arises from his personal experiences in the prison world, silence, insecurity, but also imagination and creativity aimed at finding means of survival. He has had personal and group exhibitions in museums in New York, Texas, Madrid, London, Barcelona, Istanbul, Brazil, Argentina and Tazmania, among others, and his work is part of private collections such as Daros (Switzerland), Cisneros or the National Center of Fine Arts of Paris. He is the author of ‘Máximas de seguridad’,’ ‘Los dueños del mundo’ y La Casa de los Geckos’.