DEAR SALARYMAN;
Allegra Pacheco
4 Sep – 10 Nov 2024
En Costa Rica, las discusiones alrededor de los modos de trabajar y de las jornadas que se emplean para tal propósito tuvieron un protagonismo particular en el 2023. Dos artículos que dan una noción sobre el tono de dichas reflexiones son los publicados por el Semanario Universidad, en marzo y agosto del presente año, titulados respectivamente: Costa Rica se aleja de tendencia europea de jornadas menores a 40 horas semanales y Jornadas laborales de 40 horas y tres semanas de vacaciones, propone Frente Amplio. Ambos, refiriéndose específicamente al proyecto de ley para modificación la legislación laboral con tal de implementar jornadas ampliadas de 12 horas de trabajo diarias, en un esquema de 4 días de trabajo y 3 días de descanso; lo cual, daba como resultado, un total de 48 horas de trabajo a la semana. Esto, a pesar de las medidas adoptadas por otros países, en donde más bien la tendencia se inclina hacia la reducción de horas laborales a la semana; por ejemplo, en algunos casos planteando jornadas de hasta 32 horas de trabajo únicamente.
Incluso, tal es el caso de la situación laboral en el país, que, en el segundo de los artículos mencionados anteriormente, se señala lo siguiente: “En la actualidad Costa Rica es el segundo país de la OCDE que más horas trabaja (con datos al 2019), solo superado por México y adelante de Chile”. Permitiendo el surgimiento de aseveraciones como las manifestadas en dicho texto: “a que tenemos años de estar enfrascados en iniciativas que buscan el retroceso de los derechos laborales”.
En ese sentido, y ante el contexto aquí brevemente esbozado, reflexiones como las que plantea la artista Allegra Pacheco en las múltiples obras que forman parte de la muestra Dear Salaryman; nos permiten cuestionarnos, a través de fenómenos que ocurren en naciones distantes, sobre las aristas de nuestro contexto inmediato y de temáticas tan delicadas y latentes como las vinculadas con los aspectos laborales de la sociedad costarricense contemporánea.
Tal y como se muestra en el texto de sala, la obra de Pacheco y Dear Salaryman; permiten una serie de indagaciones multidireccionales sobre las maneras en las que el trabajo define nuestras realidades e, incluso, nos define como personas:
A continuación, se muestra la evocación de una imagen que comienza a tomar forma hace algunos años, justo cuando la artista multidisciplinaria Allegra Pacheco llega a Tokyo, Japón. Ciudad en la que rápidamente se percata que también es habitada por una serie de cuerpos abatidos y agotados, dispersos en las aceras de esta metrópolis; de individuos vestidos en traje entero que, al caer la noche, caen postrados a lo largo de las calles de esta urbe. Estas personas son Salaryman; o, según su traducción literal al español, “asalariados”.
Estas escenas habituales, e incluso normalizadas en aquel entorno, captan profundamente la atención de Allegra; quien comienza a denominarlas y reconocerlas como “escenas de un asesinato”, de un “homicidio” ocasionado por la industria y las corporaciones. En ese instante, el interés por estos sujetos y sus historias conducen a Allegra a indagar y documentar, como una especie de agente externo y desconcertado, la vida diaria de estos trabajadores y los relatos que los definen –lo cual, se materializa mediante el documental homónimo: Salaryman –.
Surgen así, preguntas fundamentales como: ¿Qué es una cultura de trabajo? ¿Por qué y para qué trabajamos? ¿Cómo abordamos nuestros entornos laborales? ¿Cuál es el límite entre nuestra vida personal y nuestra vida laboral? ¿Cuál es el papel del trabajo en nuestras vidas? ¿Qué sucede cuando se trabaja de más? ¿Cómo se evidencia en nuestros cuerpos el cansancio laboral? ¿Cuáles son algunas consecuencias ocasionadas por el exceso de trabajo?
Con Salaryman, Allegra nos invita a considerar este tipo de interrogantes, al tiempo que nos retrata y nos adentra en una realidad no tan lejana; en una serie de dinámicas que podrían llamarse locales –en el caso de Japón–, pero que, paralelamente, podrían definirse como globales. Incluso, de alguna manera, nos posiciona en una serie de escenarios que nos permiten cuestionar las maneras en las que estas mismas condiciones habituales de ciertos contextos, pueden verse reflejadas en nuestra propia inmediatez.
Así, este ejercicio expositivo, pretende conducirnos por una serie de catárticas observaciones sobre lo cotidiano y algunas de sus dimensiones más voraces ligadas al trabajo y a los entornos laborales. Traer esta exposición al Museo La Neomudéjar que se ubica en una antigua nave ferroviaria de finales del sXIX por donde han transitado las primeras revoluciones sindicales de los trabajadores ferroviarios, se convierte en un espacio donde se despliega un conjunto de diversas exploraciones planteadas por Allegra a través de distintos recursos y técnicas –tales como: fotografía, pintura, cerámica, instalación, performance y, por último, cine– y de sus experiencias, a modo de narradora omnisciente, de un fenómeno cultural personificado por medio de los Salaryman en Japón.
Así el cuerpo de trabajo que integra Dear Salaryman; se desarrolla con la intención de indagar sobre los aspectos más comunes de estas personas que han sufrido en carne propia las consecuencias del abuso laboral; de aquellas personas que día tras día personifican la idea del Salaryman. Mientras que, simultáneamente, nos conducen por una serie de reinterpretaciones esbozadas por Allegra, a partir de la representación de ciertos elementos con distintos significados y potentes connotaciones simbólicas, tanto para la sociedad japonesa como para su particular cultura de trabajo.
En palabras de Allegra, “todos somos asalariados de una forma u otra, esa es la verdad”. Por lo tanto, esta muestra es un viaje por el complejo universo de los Salaryman, guiada por la perspectiva externa que permite Allegra. Sin embargo, Dear Salaryman; es un retrato colectivo de la cotidianidad; es la puesta en escena de un día en la vida de las personas asalariadas. Dear Salaryman; es una carta personal elaborada por Allegra, dedicada a estas personas; es, en esencia, una suerte de homenaje a los Salaryman, a las personas trabajadoras. Es, indudablemente, un dispositivo para pensar introspectivamente: ¿Cuánto tiempo trabajamos? ¿Cómo vivimos nuestras vidas? ¿Cómo invertimos nuestro tiempo? ¿Cómo nos cuidamos en nuestros trabajos? ¿Qué nos define como personas?
La exposición Dear Salaryman se realizó por primera vez en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo de Costa Rica con el comisariado de José Daniel Picado-García, ex-curador jefe MADC y ahora llega a Madrid de la mano del Museo La Neomudéjar.